El CD.

Un 14 de febrero, al regresar a casa, mientras buscaba no sé que en mi mochila, entre las libretas encontré un CD en un sobre blanco que solo tenia mi nombre y un “te quiero” medio borrado.

Rápido  lo puse en el estéreo, mientras me quitaba los zapatos de jalón y me aventaba a la cama. Al principio tenia una sonrisa tonta, porque pensé que se trataba de uno de esos discos con canciones que alguien selecciona cuidadosamente pensando en ti, que aunque cursis y melosas, siempre con “un algo muy lindo”.

Mientras escuchaba cuidadosamente y con atención, mi sonrisa paso de tonta a desaparecida, me sorprendió que la primer canción en la lista fuera un poco deprimente.

Esperaba que la segunda no lo fuera, pero para mi sorpresa lo fue, de hecho todas las canciones en el disco eran totalmente tristes, y ese momento se lleno de una extraña  melancolía.

Por las canciones pensé mil cosas, y trate de pensar también en quien pudo haber sido la persona que me regalo ese disco, pregunte, investigue pensé de nuevo y nada…

Nunca tuve una respuesta así que decidí guardar el disco y ya no escucharlo para no estar pensando en eso todo el tiempo, pues que todas las canciones tuvieran algo de melancolía en ellas, en realidad si lograba perturbarme.

Hace unas horas mientras limpiaba unas cajas, encontré muchas cosas, entre todas ellas el disco, así que decidí escucharlo de nuevo. Hasta el día de hoy no se quien fue, y me intriga.

Sólo trato de escuchar… Estas son algunas.